Hace poco leí por primera vez la palabra etnocentrismo, y la analicé fugazmente: etno de etnia, cultura, grupo, conjunto de personas con ideas en común, y centrismo: centrarse en sí mismos.
Cuando busqué el significado real no estaba muy lejos de mi definición, aunque aprendí que es un concepto creado por la antropología para mencionar la tendencia que lleva a una persona o grupo social a interpretar la realidad desde su propio punto de vista o desde sus propios parámetros culturales.
Se me viene inmediatamente a la cabeza xenofobia y discriminación, no sé porqué. Me imagino a las culturas más débiles (no, esa no es la palabra), me refiero a débil en el sentido de que ya no son lo que eran antes, a que tal vez ha disminuido la cantidad de personas que las representan, como las culturas de nuestros pueblos originarios. Pero como decía, me imagino a estas culturas como minoría dentro de una cultura que cree ser moderna e integradora. Donde se habla de aceptación del otro, de solidaridad pero donde en realidad se olvida lo que hay más allá del metro cuadrado personal.
El etnocentrismo es, hoy en día, una tendencia común a cualquier grupo humano, donde siempre se resaltarán las conductas de la propia cultura como positivas o normales y por otro lado, se desacreditarán las creencias y costumbres ajenas.
