miércoles, 22 de septiembre de 2010

|| Prejuicios personales.

Reconozco abiertamente que soy una persona extremadamente prejuiciosa, y no es que esté orgulloso de eso, al contrario, creo que es uno de mis peores defectos.

Me ha pasado, y sé que también a mucha gente, que la primera impresión me ha engañado completamente, solo por el prejuicio, por la idea errónea que formo de una persona antes de conocerla y más aún, creo un muro entre la persona que he discriminado injustamente y yo, lo que genera, por lo menos de mi parte, que la interacción sea compleja, tortuosa, limitando mi comunicación a monosílabos. Claro que no siempre es así, a veces hay más que monosílabos...

Muchos de los grandes amigos que tengo, fueron personas a las cuales no les presté atención, solo por prejuicio. Por cosas del destino llegamos a hablar en al algún pasillo, por intermedio de alguien, o hasta por obligación, y terminé conociendo a gente que realmente vale la pena, terminé tomando once con sus padres, haciéndome amigo de sus amigos, en fin a compartir sentimientos intensos y bonitos momentos.

Cuando pienso esto, me doy cuenta de lo mucho que me limitaron, limitan y limitarán los prejuicios, de que dejaré de conocer gente y cosas maravillosas si sigo creando ideas sin fundamentos, de que mi vida puede dar giros impresionantes si yo me los permito.

¿Cómo han afectado los prejuicios en tus relaciones interpersonales, o en la vida diaria?

Atento a tus comentarios.


2 comentarios:

  1. Leyendo esta entrada me sentí plenamente identificado. Reconozco que soy muy prejuicioso y antes a tus 21 años lo era mucho peor que ahora. Creo que tiene que ver con un tema de enseñanza doméstica, en donde a mi parecer, el hecho de crecer en un hogar tradicional, con costumbres y dogmas establecídos desde mucho antes, con figuras paternales bien marcadas, en el Sur de Chile, alejado de cualquier influencia externa, pudo influir en el rechazo hipotético frente a lo extraño o lo que conocemos. Me pasó cuando me fui de la casa rumbo a la Universidad y me di cuenta que los prejuicios no sirvieron de nada para contar con grandes personas muy distintas, que hasta el día de hoy están conmigo, sin interferir en mi propia esencia.

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  2. Pablo, creo que le diste al hueso con esta publicación!
    A mí me pasa siempre, genero una primera impresión y en base a esa primera impresión nos cae mal la gente... Lo peor de todo es que es lo más normal del mundo y al hacerlo no te da cargo de conciencia porque sabes que el resto también lo hace. Complementando a esto, además nos pasa a muchos que actuamos pensando en qué dirá el resto... "Ay es que si me pongo una mini, pensarán que soy una puta y que estoy necesitada" Me parece que eso también influye y permite que existan los prejuicios.

    Muy interesante, un abrazo!

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